Cuando viajamos dejamos una parte de nosotros en nuestro hogar. No se trata de un pensamiento romántico, realmente dejamos nuestro horario. Viajar y cambiar de horario es emocionante porque al ser un traslado bastante largo, las culturas cambian, los idiomas se vuelven ajenos y el sol sale a deshoras (por lo menos para nosotros) y eso implica que seguramente tendremos jet lag.
Este desorden del sueño es muy molesto, pues se trata de una anomalía en algo que hacemos a la perfección gracias a nuestra rutina, y lo peor de todo es que llega en esos viajes que esperamos por meses e incluso años. Viajeros expertos como Johnny Harris han buscado métodos para combatir este mal, y los siguientes puntos no sólo lo logran, sino que te hacen conocer un nuevo lugar de maneras que nunca habrías imaginado.
Café
La cafeína puede ser una opción obvia para muchos, pero recuerda que en la emoción del viaje, muchas personas comienzan a beber incluso antes de que el avión aterrice. Al llegar a un nuevo lugar –después de dejar tus cosas en tu habitación– camina por la ciudad buscando un café. No vayas a los que puedes encontrar en tu hogar, aunque hay países con cafés legendarios, las cafeterías independientes suelen tener una buena selección sin importar donde te encuentres.
Panadería
¿Qué necesitas con tu café? Un delicioso pan, y así como en México tenemos panaderías muy tradicionales y otras muy famosas, así como panes tan clásicos como una concha de vainila, el resto del mundo tiene sus propios locales y sus propias tradiciones, por lo que caminar con un café en mano para encontrar lo mejor de cada gastronomía, te hará ganar energía en lugar de perderla.
Parque
Un parque es la mejor opción para conocer un poco acerca de la comunidad que visitas. Así sea Nueva York, Santiago o Palermo, los parques siempre tendrán vida activa, por lo que caminar entre sus colinas o calles te ayudará a comprender cuál es la esencia de ese lugar.
Mirador
Caminar hacia un lugar elevado puede ser complicado, sobre todo con jet lag, pero te mantendrá activo cuando tu cuerpo simplemente quiere recostarse y dormir. Puede ser difícil, pero vale la pena, pues al llegar a la cima, o hasta arriba de un edificio, además de despertar por el viento en tu rostro, comprenderás que viajar ahí fue una de las mejores decisiones.
Agua
Finalmente, si la ciudad te lo permite al estar en la costa, camina cerca de algún lago, el mar o lo que te vitalice a través del agua. Muchas ciudades tienen paisajes hermosos que te deslumbrarán y al mismo tiempo te revitalizarán.
No es recomendable visitar los lugares que más te interesan el primer día, pues el jet lag puede arruinarte el momento. Mejor haz estas cinco cosas, termina de agotar tu cuerpo y duerme a una hora razonable para el lugar, tu cuerpo despertará mucho más adaptado al día siguiente.