Muchos hemos intentado administrar nuestro tiempo de la mejor manera. Hemos buscado planes en internet para ser más productivos, hemos encontrado hacks que prometen volvernos máquinas de productividad que nos ayudarán a hacer mucho más en menos tiempo e incluso hemos investigado e intentado replicar los hábitos de personas altamente productivas.
En esa búsqueda siempre hay un retroceso, cuando nos damos cuenta que somos humanos y no siempre podemos cumplir con las expectativas que tenemos de nosotros mismos. Esa es la premisa del libro Four Thousand Weeks: Time Management for Mortals de Oliver Burkeman, un libro que más allá de darte el secreto para ser la persona más productiva, quiere enseñarte que realmente no hay un secreto, porque nadie puede ser (o debe) ser así de perfecto.
Más que un libro de superación personal con métodos para administrar tu tiempo, el libro de Burkeman se centra en el concepto de que nuestra vida es finita y enfrentarnos a nuestra mortalidad puede poner en perspectiva las cosas. El autor inicia diciéndonos que el promedio de vida de 80 años se traducen en aproximadamente en cuatro mil semanas, por lo que debemos aprovecharlas al máximo, pero no en terminar las tareas que tenemos frente a nosotros, sino en sacar el mayor provecho de ellas.
De acuerdo a él, la productividad contemporánea es una trampa, una paradoja donde mientras más haces, más te ocupas. Él pone ejemplos de su propia experiencia, pues durante muchos años fue un obsesionado con la productividad, tomando rutinas como la de “cero mails” donde en cuanto un correo llegaba a su bandeja de entrada, lo revisaba y respondía, pero es así como se dio cuenta que mientras más rápido respondía esos correos, más llegaban y en lugar de ser más productivo simplemente se abría a la posibilidad de recibir más y más mails.
Esta productividad enfocada en cumplir pequeñas metas diarias solo intensifica nuestro trabajo, e incluso los métodos que nos obligan a ver el panorama amplio, los que nos dicen que solo hagamos caso a las cosas más urgentes del momento, sirven para alejarnos del presente y de acuerdo al autor, el presente es todo lo que tenemos.
¿Qué piensas hacer con el resto del tiempo que te queda? El libro nos invita a vivir en el presente, no de una manera idealista y olvidando que hay que planificar para el futuro, sino de una forma real, entendiendo que no somos sino una constante en el presente, que ni el pasado ni el futuro existen, solo el ahora y que ahí es donde existimos.