Cuando pensamos en Japón, usualmente vienen a la mente las luces vibrantes de Tokio, los templos antiguos de Kioto o la modernidad imparable de Osaka. Pero Japón guarda secretos que, si te atreves a explorar, te llevarán a conocer su lado más auténtico. ¡Prepárate para descubrir tres joyas ocultas que te harán sentir como un verdadero explorador!
¡No todo es Tokio!
Gujo Hachiman: la Ciudad del Agua
A solo una hora en autobús desde la prefectura de Gifu, se encuentra Gujo Hachiman, un lugar que parece salido de un cuento. Conocida como la Ciudad del Agua, sus canales cristalinos y puentes encantadores te invitan a caminar sin prisa, dejando que el murmullo del agua te acompañe. ¿Te gusta bailar? Aquí se celebra el festival Bon Odori, donde puedes unirte a la tradicional danza Gujo-Odori, ¡que forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO!
Otro imperdible es el Sample Village Iwasaki, donde aprenderás a crear esas fascinantes réplicas de comida en plástico que ves en las vitrinas de los restaurantes japoneses. Un taller tan único que te hará sentir como un auténtico chef… ¡de plástico!
Tottori: el desierto escondido
Si pensabas que Japón era solo templos y montañas, espera a conocer Tottori, en la región de Chugoku. Este rincón menos conocido es hogar de las únicas dunas de arena del país, un paisaje que parece sacado de otro mundo. ¿Te animas a recorrerlas en camello? O si prefieres una dosis de adrenalina, puedes practicar sandboarding y descender estas montañas de arena como todo un profesional.
Pero no todo es desierto: la costa de Uradome es un rincón mágico donde el agua turquesa se mezcla con formaciones rocosas que parecen esculpidas por los dioses. Subir a un crucero por la costa es una experiencia visual que no olvidarás.
Ine: el pueblo sobre el agua
Si buscas un destino más tranquilo, pero lleno de encanto, tienes que ir al norte de Kioto, donde la bahía de Ine te sorprenderá. Aquí, las tradicionales funaya o “casas barco” alineadas sobre la bahía, crean una postal que parece suspendida en el tiempo. Puedes hospedarte en alguna de estas casas y vivir la vida local como un verdadero habitante de la bahía, o bien, tomar un taxi marítimo y recorrer la costa, admirando la arquitectura única de las funaya.
Estas casas te mostrarán cómo la vida en armonía con el agua, aunque no lo creas, es posible, donde los barcos tienen su propio espacio en la planta baja y las familias viven arriba, disfrutando de las vistas al mar. ¡Una locura!
Japón es mucho más que sus grandes ciudades. Estos tres destinos son una invitación a perderte en su cultura, naturaleza y, por supuesto, en sus tradiciones vivas. ¿Estás listo para descubrir lo inesperado?
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